martes, 21 de mayo de 2013

Plaza Pública.

Por: Héctor  Raúl Avendaño

EL Cine Palacio y una Gira del Gobernador por Gómez Palacio, en 1951.
Hurgando en la hemeroteca de "El Siglo de Torreón", particularmente, en las ediciones de los días 24, 25 y 26 de agosto de 1951, encontré una serie de datos, unos relativos a la investigación que actualmente realizo sobre la historia del Cine Palacio, y otros que se refieren a acontecimientos significativos en la vida de nuestro municipio, por lo que decidí compartirlos en esta columna dominical que...
... pretende reflejar el pasado, con miras a mejorar el presente.
El viernes 24 de agosto de 1951, por la noche arriba a Gómez Palacio, el Lic. Enrique Torres Sánchez, gobernador del estado de Durango, para efectuar una nutrida gira de trabajo. Inmediatamente corta el listón y pone en servicio el Centro para Turistas "El Campestre" (hoy Motel, con igual nombre), propiedad de los señores Arq. Humberto Gómez Palacio y Marcos García Aguirre, en la orilla sur de la ciudad. Congruente, el Gobernador, pernocta en el nuevo y espacioso hotel.
Por la mañana en la edición de "El Siglo" había aparecido en desplegado el amplio programa de trabajo del Ejecutivo Estatal, para el día siguiente (sábado 25), mismo que se cumplió al pie de la letra:
De las 10:00 horas en adelante se inauguraron dos escuelas primarias en ejidos, una en Providencia y la otra en Reforma. Por la tarde se pusieron en marcha: la Planta Despepitadora La Unión, ubicada sobre la antigua carretera a Torreón (el Auto Club), frente a la Planta Termoeléctrica La Laguna; las ampliaciones realizadas al Hospital Civil (que sigue siendo el único y de las mismas dimensiones desde hace más de 50 años), y los cuatro kioscos (puestos de aguas frescas y periódicos y revistas) en la Plaza Juárez, que se mantienen firmes y dando servicio, desde entonces, a los paseantes, ¿o no Lalo Ferniza y Toño Casillas?
Por la noche de ese mismo día se inauguró, estrenando maquinaria "de punta" el Despepite Amparo, ubicado por la antigua carretera a "Chávez" (ahora avenida Cinco de Mayo), a la altura de la entrada a la colonia Filadelfia; de allí se pasó al Parque Morelos, donde se encendió el moderno sistema de alumbrado
A las 22:30 horas, se celebró en el Cine Palacio con gran solemnidad la Ceremonia de Coronación de S. G. M. Dioselina I, Reina de las Fiestas de Santa Rosa de Lima, a cargo del Gobernador del Estado de Durango, Lic. Enrique Torres Sánchez, quien acudió acompañado del presidente municipal señor Roberto Fernández, desarrollándose en seguida una grata velada literario-musical.
Terminada la Ceremonia de Coronación, S. G. M. Dioselina I, y las Princesas S.A.R Socorrito y S.A.R. Amelia, el Gobernador, el Presidente Municipal y sus acompañantes, se dirigieron a los patios de la Industrial Jabonera La Esperanza, a disfrutar del baile organizado en su honor, por la Sociedad de Empleados de la empresa anfitriona.
El Gran Baile en Technicolor, así se anunciaba con bombo y platillo, a celebrarse en "El Pequeño Paraíso Lagunero" (los terrenos que ocupaba la Jabonera , en un considerable porcentaje estuvieron cubiertos de tupida vegetación, al grado que por el rumbo de donde se ubicaban las casas de los altos empleados, semejaba un bosque) fue amenizado por las orquestas de La Esperanza (sic) de Quico Sáenz y la de S. Tapia de Saltillo, Coahuila.
La variedad estuvo a cargo de dos figuras de la canción mexicana, Flor Silvestre y Francisco "El Charro" Avitia, acompañados del mariachi Los Alteños y con la participación del extraordinario charro lerdense Salvador Barrera, quienes en lo individual y en conjunto, cautivaron a la asistencia, que correspondió con estruendosos aplausos. ¡Un precioso mosaico mexicano!, digno de un óleo de Jesús Enrique Helguera, "Pintor de Almanaques".
Respecto del ilustre Salvador Barrera, alguna vez nos platicó nuestro doble colega, abogado y amante de las Corridas de Toros y, por supuesto de la Charrería, Luis Lara Güereca, que DON SALVADOR (así, en mayúsculas) con quien convivió y tuvo la gracia de recibir sabias lecciones, fue un charro profesional que presentó su espectáculo en todo el País y en los Estados Unidos, con un éxito fuera de serie.
Realizaba una suerte -agrega Luis- que nunca nadie la ha vuelto a realizar en Lienzo alguno: "Tiraba una mangana, estando su caballo "El Regalo" acostado, y cuando caía la soga en las manos de la yegua (a lazar), el caballo, a una orden suya, comenzaba a levantarse, mientras tanto Salvador chorreaba la soga en la cabeza de la silla, y ya con el caballo incorporado, daba el tirón y tumbaba la yegua". ¡Échense ese trompo a l'uña!
La señorita Irma Guerrero, por su parte, acompañada de un ramillete de bellas gomezpalatinas, presentó, durante el Baile, el Vestido Lagunero Típico de Fantasía. La evocación de esa imagen me hace recordar, que en los años ochenta se exhibía en el Museo de Arte Moderno de nuestra Casa de la Cultura una pintura al óleo que retrataba a la bellísima y distinguida señora Silvia Rodríguez Valles, luciendo el atuendo mencionado. La señora Rodríguez Valles, fue la donadora de una importante colección de pinturas, que impulsó la creación de ese querido y, sin par, conjunto cultural.
Bueno, pero concluyamos con la relación del Baile, propiamente de coronación, que debe de haber sido de ensueño, con un microclima envidiable para el mes de agosto por el entorno en el que se celebró y, con precios, no sabemos si al alcance de muchos de nuestros paisanos, pero lo que si podemos concluir es que, "en esos entonces" se impulsaba la creación de empleos y el "boom" del algodón estaba en su apogeo: Apartado de Mesa (con 4 sillas) $10.00, Caballeros $10.00 y Damas $5.00.
Flor Silvestre, por cierto, anunciaba en el periódico los cigarros Rialtos a $0.35 y pregonaba que no irritaban la garganta. Los Cines Palacio y Unión, anunciaban sus precios: $1.20 Luneta y $0.50 Galería, así que hagan sus cálculos sobre lo accesible o no de los precios del Baile. Disculpen ustedes, que con las prisas no pude reunir el costo de los productos de la canasta básica ni el monto del salario mínimo, vigentes en esos años.
Pero, ¡Oh, Dios! se nos estaban olvidando los aspectos importantes de la gira del Gobernador, que para su tiempo era rica en logros para la infraestructura de Gómez Palacio, que se seguía reforzando en educación y continuaba creciendo en la manufactura, hasta llegar a ser una prestigiada Ciudad Industrial, y se privilegiaba a los espacios verdes y la diversión y esparcimiento. Era tradición que en las grandes festividades sociales, el gobernador, patrocinara las orquestas y los artistas foráneos. Así se las gastaban nuestros "polacos"
Había mucho entusiasmo entre los inversionistas locales y foráneos; se sentían seguros y respaldados por el poder público. Los agricultores eran los clásicos laguneros sin miedo para aventurarse en grandes empresas, ¡¿Dónde firmo?! y como por arte de magia surgían los emporios del empleo y la derrama económica, ¿Cuándo volveremos a ser lo que antes fuimos?
Nuestros abuelos sí que eran nobles y fajados. Reclamaban para su ciudad y para sí, trato digno y equitativo. Ya poco escuchamos aquellas voces sabias, enérgicas, no exentas de diplomacia, que llegada la ocasión llamaban al pan, pan y al vino, vino.
Reporta "El Siglo" en su página dos de la edición que se viene mencionando, que amparada en la Ley de Franquicias para Nuevas Industrias, auspiciada por el Gobierno del Estado, la fábrica de clavos Productos Acerados, S. A., ubicada en el ejido Cuba al oriente de la ciudad, había empezado a distribuir sus productos. La citada Ley, le otorgaba el beneficio de pagar sólo el 25 al millar anual sobre capital invertido y una cantidad igual sobre los ingresos.
En esos tiempos los representantes populares recorrían el estado por tierra y tenían la posibilidad de conocer metro a metro, hectárea por hectárea, su territorio. Tenían más oportunidad de contemplar la cara de sus gobernados, de leer en la mirada de la gente su estado de ánimo, sus alegrías y sus carencias, de convivir más de cerca con su pueblo.
En los caminos de terracería al apreciarse la nube de polvo del convoy, no se hacia esperar el grito de la gente: ¡hay viene el gobernador! Esos eran otros tiempos. Nos encontramos el siguiente domingo D. M. Agur.
hravendano472003@yahoo.com.mx


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