domingo, 26 de mayo de 2013

Plaza Pública

Por: Héctor Raúl Avendaño
Banda de Música No. 2 del Estado de Durango.

Gómez Palacio, Dgo.-"Tengo una banda dominguera/que siempre toca en la plaza/con una tuba grandota/y unos platillos de lata…" Es así, que quedaron grabados en los recuerdos más intensos de mi vida la voz y los profundos ojos verde selva de Imelda Miller, cuando por primera vez la admiré en un palenque, allá por finales de los años setenta. Fue tal mi emoción que me lancé a saludarla...
...al terminar su actuación y abriendo un hueco entre sus guaruras, tomé su mano y me retraté en sus ojos… "Que alegre va María,/caminando por la ciudad/platicando/a su niño va,/a su niño/que pronto vendrá… María, María…Hoy tu cuerpo es la vida/ y tu espera es el amor /María, María,/que alegre va María…"
Aterrizando en nuestra infame realidad actual, diremos que la Banda de Música No. 2 del Estado de Durango, con sede en Gómez Palacio, va tomando forma en los primeros años de la década de los cuarenta como un proyecto gremial, según testimonio de uno de sus integrantes más antiguos, el maestro Arturo Flores Ávila, actualmente activo con 56 años de antigüedad (¿"quiubo", tendremos plomo en donde les dije…, los laguneros?). Sus directores han sido los maestros: don Manuel Juárez (fundador), don Arturo Segovia Madrid, don Francisco de la Fuente Ramírez, don Juan Martínez Torres, don Jesús Perales Froto y actualmente don José Díaz Medina.
En sus principios los integrantes de la Banda recibían un sueldo honorario, por sus actuaciones en las serenatas dominicales en el kiosco de la Plaza Juárez y su desempeño en los actos oficiales, de parte del Estado. Fue hasta la administración del Gobernador Alejandro Páez Urquidi (1968-74) que, a gestión de los propios interesados, se les incluyó en la nomina estatal con un sueldo mínimamente decoroso, incluyendo otras prestaciones laborales.
La Banda de Música desde siempre estuvo integrada por los más connotados músicos, maestros casi todos de las escuelas primarias y secundarias e integrantes de orquestas y conjuntos, de la región. Ahí pasaron lista de presentes directores de orquesta como don Quico Sáenz, don Julián Méndez, don Juanito Martínez Torres, don Sammy Hernández, don Crescencio García, conocidos todos ellos ampliamente de la sociedad lagunera, amante del baile, de la música y de todo lo que alegrara la vida…
Nuestra Banda, ha desarrollado desde sus inicios una importante labor cívico-cultural en la región Lagunera de Durango. Recordamos los actos conmemorativos de epopeyas libertarias, natalicios y fallecimiento de nuestros héroes, días festivos y momentos de alegría de nuestro pueblo, engalanados con las notas musicales emanadas de sus parches, metales y maderas. ¡Que momentos!, al saludar erguidos a nuestra Enseña Patria y entonar las estrofas de nuestro Himno Nacional Mexicano, se nos ponía chinito el pellejo, ¡Verdad de Dios!
De sus interpretaciones más apreciadas en las distintas épocas de su existencia, podemos mencionar: Clásicas: Caballería Ligera, William Tell, Poeta y Campesino, Carmen, El Rey de los Mares; Banda de Glenn Miller: Collar de Perlas, Patrulla Americana, Serenata a la Luz de la Luna; Himnos y Marchas: de Zacatecas, Durango, Durango, Santiago Papasquiaro; Danzones: Nereidas, Juárez, Blanca Estela, Por un Cerro Mejor; Pasos Doble: Cielo Andaluz, Silverio, Antonio Velázquez, Novillero, España Cañí. De grato recuerdo, estando en boga, la alegre ejecución de Zacazonapan y, como no, su inconfundible rúbrica para finalizar las audiciones: la polka De Torreón a Lerdo, de don Pioquinto González.
La Banda de Música por su indiscutible calidad, desde siempre, amenizaba las corridas en la Plaza de Toros Torreón (ahora llamada Valente Arellano), hasta llegados los años noventa, en que una nueva oleada de aficionados privilegiaron la bebida sobre el disfrute de las faenas taurinas, en detrimento del orden y el respeto a la afición y a la sociedad toda de La Laguna, que concurrían puntualmente a disfrutar alegremente de la más bella de todas las fiestas los días domingo, como devoción, como asistir a Misa.
No sabemos qué pasó (¿sería por culpa del arribo de la "maistra" Gordillo o qué…?) lo cierto es que, en los ochenta-noventa, nuestra educación en el seno familiar y en sociedad se fue relajando hasta casi desaparecer. Un tufo desagradable fue invadiendo nuestros recintos, las plazas y los estadios deportivos al calor del consumo de cantidades navegables de cerveza, que no pocas veces incitan al insulto. Nuestros músicos se cansaron de aguantar todo tipo de improperios, y discretamente se ausentaron de las plazas de toros. ¡Lástima!, una corrida de toros sin un paso doble ejecutado con maestría, compite en sabor con una Coca Cola, al tiempo.
En 1996, por gestiones realizadas por el diputado local del XI Distrito de la LX Legislatura de Durango, ante el gobernador Maximiliano Silerio Esparza y el presidente municipal de Gómez Palacio Rafael Villegas Atollini, los integrantes de la Banda de Música No. 2, estrenaron dos uniformes (Traje, camisa y corbata). Un digno estímulo a los integrantes de tan valioso y representativo patrimonio cultural.
En sus buenos tiempos la Banda, nuestro orgullo musical, patrocinada por el Gobierno del Estado, se presentó en el programa televisivo de cobertura nacional "Siempre en Domingo", conducido por Raúl Velasco, dando una magistral demostración de lo que fue una añeja tradición en Gómez Palacio: las orquestas y los conjuntos musicales.
Entre sus ejecutantes más preclaros de todos los tiempos, se significan los señores maestros: Pompeyo Álvarez, Santiago y Alfredo Medina, Quico Sáenz, Julián Méndez, Sammy Hernández, Crescencio García, J. Concepción Morales, Francisco Canales, Lorenzo Martín del Campo, Arturo Flores Ávila, Connie Rosales Macías, entre otros muchos y, naturalmente, quienes llegaron a fungir como sus directores.
Actualmente la Banda la integran los señores: José Díaz Medina, como Director. Aurora Hernández Mendoza, Arturo Flores Carrillo, Erik Ramírez Lira, Jesús Ramírez Medina, Pedro Frank Guerrero y Sergio Evaristo Cervantes González (clarinete); María Concepción Rosales Macías (flauta transversa); Abel Macías Medina, Arturo Flores Ávila, Bryan Michell Frank Lugo y José Cruz Escobedo (Saxofones: barítono, tenor, alto y soprano, respectivamente); Gerardo Iván Álvarez Soto y Roberto Galván Borrego (trombón de vara).
Carlos Omar Medina González, José Carlos Díaz Vázquez, Juan Carlos Flores Carrillo, Manuel Frank Guerrero, Rafael T. Rodríguez Verdeja (trompeta);
Carlos Chavero Medina y Humberto Chavero Medina (saxofón); Juan Andrés Jáquez Agundis y Juan Roberto Díaz Vázquez (tuba y barítono,
Respectivamente). Rogelio Frank Guerrero (bombo o tambora); Julián Uribe Rentaría, (timbales); José Ángel Uribe Hernández (tarola); Alejandro Frank Guerrero (platillos) y Pablo Cabello Perales "El Cita", esto es, quien les avisa de los compromisos y dispone las partituras.
¿Quién, que haya tenido un corazón más o menos "bullidor", no se aventó a acompañar a la dama de sus sueños, impulsado por una particular melodía surgida de la serenata del kiosco, en domingo, con gardenia en mano o sin ella, entre el barullo de gente en ronda, en la Plaza, salpicada de vendedores de globos y de un mundo de chucherías…?
Los gomezpalatinos, los lerdenses y para no seguir puntualizando, todos los Laguneros llevamos la música por dentro y se nos nota por fuera no sólo en las épocas de bonanza, que era proverbial, sino ahora y por siempre. El Lagunero es noble y aguantador, sólo que no hay que apretarle mucho porque… Nos encontramos el siguiente domingo. Agur...


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